Relato (1)

La historia detrás de una imagen

Ella caminaba, simplemente caminaba, sin rumbo, solo observando, observando los arboles, las hojas moverse al ritmo del viento con un sonido armónico, natural, que hacia que sus sentidos quisieran bailar siguiendo hacia donde sabia que que la música la llevaría. La tierra, esa tierra bañada en un mar de hojas muertas, muertas pero hermosas, el ruido que hacen sus pies al hacer contacto con ellas, ese pequeño “crak” que sus oídos tanto disfrutaban.
Mirando el cielo, un cielo despejado, solo con unas hermosas nubes esponjosas, de esas nubes que miras y sientes que podrías acostarte e incluso dormir en ellas. Esas que parecen un algodón de azúcar blanco, suave, rico, cómodo.
Y el sol entrando por las aberturas de los árboles, apenas entrando, pero podía sentirlo en su cara, en su cuerpo, disfrutando su calor, abrazándolo.
Ella estaba sola, en medio del bosque, todo verde y marrón, todo tranquilo, escucha risas, risas hermosas, casi cantan, casi le dan ganas de bailar y lo hace, todo es perfecto, se dirige danzando hacia las risas, sin querer unirse a las ellas, no queriendo estropearlas, no queriendo que pierdan su hermosura. Llega a un prado, hermoso le quedaría pequeño, es maravilloso, flores de todos los colores y tamaños, un césped tan verde que llegaba a doler la vista y… ahí estaban, niñas, no, no eran niñas, eran como musas, no, eran musas, la música y el arte se reflejaba en ellas, danzaban, reían y cantaban. Sin saber qué hacer ante semejante vista simplemente se quedo observando, quieta, paralizada por la escena de esas pequeñas y bellas criaturas, no queriendo moverse por temor a que fueran una simple ilusión y toda la magia desapareciera. Se sorprendió cuando una de ellas tomó su mano, pero una voz en su cabeza, en su corazón la guió, “déjate llevar”, sintió las palabras en cada parte de su cuerpo, se movía al ritmo de la música, sin saber siquiera porque, sin saber cómo. Solo disfruto del momento, disfruto de cada segundo, sin querer olvidarlo, sin querer que desapareciera, sin querer que fuera un sueño.